lunes, 26 de noviembre de 2012

Santos no es ningún santo.

No olvidemos que Santos no es ningún santo. 

Desde las trincheras del combate estudiantil, saludamos la decisión del movimiento insurgente de intentar llegar a un acuerdo de paz con el gobierno de Santos. Las FARC-EP han demostrado valentía y rigor al aguantar en selvas y montañas los bombardeos cobardes del Ministerio de Guerra de Colombia, y seguir combatiendo con la disciplina que demanda su doctrina política y militar. Hoy vemos con buenos ojos como los insurgentes en Cuba y Oslo se empeñan por abrir el proceso de paz a la participación de la gente en Colombia, mientras la delegación del gobierno insiste en hacer una negociación a puerta cerrada y de afán.

El proceso de paz no puede llegar a una feliz conclusión a puerta cerrada y en secreto. Y eso, al parecer, lo tiene muy claro la parte guerrillera en los diálogos. Porque lo que negocia no son los fusiles, sino el futuro de todo un país. Alguna vez escribimos en las paredes de una universidad pública "Si acaban con las guerrillas, fundaremos otras nuevas", y ese mensaje se mantiene, desde cualquier punto de vista, si el gobierno de la élite Bogotana se empeña en no negociar los pilares fundamentales de la desigualdad social en Colombia. Porque organizaciones guerrilleras representando al pueblo han habido bastantes, pero el común denominador de la inequidad y la injusticia ha estado presente durante siglos.

La capucha hace parte de esa retaguardia de sabiduría popular que estará siempre dispuesta a aparecer cuando el mal gobierno no de otra opción. Las capuchas vienen y van, pero los que las usamos una vez, siempre estaremos dispuestos a usarlas de nuevo. El sistema económico, la doctrina militar, la política de inversión extranjera, y el manejo irresponsable de los recursos naturales TIENE QUE SER NEGOCIADO con el pueblo. Por que las leyes las hacen los hombres, y los hombres las pueden cambiar. Es ridículo pensar que el gobierno, como dice Humberto de la Calle, tiene "inamovibles", refiriéndose a estos temas que se "quedan en Colombia, y no viajan a la Habana". 

El modelo económico vigente en el país no funciona. Eso no es ningún secreto. Aquí la gente anda jodida, el empleo informal es masivo, las universidades públicas se caen a pedazos. Todos sabemos esto. Entonces que no nos vengan a decir que el modelo económico del gobierno "no se negocia"! 

Por que si no quieren negociar su riqueza y su posición de poder que nos somete, a punta de bala y gas lacrimógeno, a la pobreza y la mala educación, nosotros no negociamos la violencia popular que tanto les molesta.  La lucha por una sociedad justa debe estar plasmada en el proceso de paz, y si no lo está, este proceso no es de paz, sino de continuación de la guerra.


No hay comentarios: