jueves, 31 de julio de 2008

EL GUAYABO DE LA OPERACIÓN "JAQUE"

Hoy queremos amenizar su visita con un tragicomic tomado de http://www.rebelion.org/


martes, 22 de julio de 2008

¡Ay, la euforia colombiana!

La opinión de un reconocido investigador y profesor universitario frente al actual panorama politico de Colombia.

PARECE QUE ESTAMOS DESTINAdos a que en estas décadas nuestros guayabos sean más fuertes todavía que nuestras borracheras. ¿Se acuerdan de las consecuencias del 5-0 que alguna vez le propinamos a la selección argentina de fútbol? La celebración costó varios muertos y –en el plano puramente deportivo— se les subieron los humos tanto a los protagonistas del evento, que después terminaron perdiéndolo todo.
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La 'Operación Jaque', con sus obvias connotaciones deportivas, parece estar generando consecuencias parecidas. Victoria estupenda. La gente sale a la calle a pitar. Y después… Arrogancia sin límites de los ganadores. Se mandan al carajo a los mediadores internacionales (es que Chávez ya está neutralizado, y la gente que importaba ya está en casa: ¿quién se va a preocupar por un puñado de oscuros civiles, soldados y policías?). Declaraciones estridentes por parte de periodistas: el adversario está acabado, sólo queda un rescoldo de criminales. Se lanza para el 20 de julio una "gran", "histórica", manifestación, con campanas al vuelo (ya que el materialismo histórico está acabado, que viva el materialismo histérico). Mientras tanto, van saliendo los peros y las manchas.
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El uso de insignias de la Cruz Roja Internacional para el rescate no es tema de poca monta, por dos razones. Primero, porque la prohibición terminante de hacerlo es la única garantía de que en el futuro los contendientes respeten las misiones humanitarias. Segundo, por el brutal desgaste de la palabra empeñada —no la palabra de este o aquel personaje, sino de la del Estado colombiano—. Son demasiadas las mentiras acumuladas en estos años.
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El ardid con el que embaucaron al errático Correa, los falsos positivos, el sórdido episodio de Tasmania, son sólo algunos ejemplos de una larga lista de mentiras, puras y simples, lanzadas, en nuestro nombre, al mundo entero. Son los consejos del venezolano Rendón, ese oscuro experto en la desinformación, los que parecerían estar a la orden del día. Como fuere, la desvalorización de la palabra oficial es muy grave, interna e internacionalmente. Los costos de esto no los ven, ni quieren verlos, los colombianos, enamorados como están del Presidente: y como se sabe, el amor es ciego e irreflexivo (parece que también carece de sentido del olfato).
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Esta euforia nuestra está detrás de la convocatoria a la "histórica" manifestación del 20 de julio. El apoyo a los secuestrados y los suyos, y el rechazo masivo a la brutalidad criminal de las Farc, no pueden ser sino una buena noticia. Pero la exclusión sistemática del foco de atención de las demás víctimas del conflicto por parte del Gobierno y los medios de comunicación es terrible. Es como si no existieran. Cuenten los minutos que les ha dedicado la televisión a los más de dos millones de desplazados, a los masacrados, etc., y después compárenlos con los que dedican a otras cosas (casi cualquier otra: secuestro, inundaciones, desfiles de modas, reinados de belleza).
La diferencia ha de ser apabullante. Son prácticas que podrían, que deberían, corregirse.
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Amartya Sen demostró que buena parte de la causa de las hambrunas masivas es simple falta de comunicación. Son eventos gigantescos que por razones complejas se amparan en el silencio; y esa es la condición para que ocurran. Creo que es lícito establecer una analogía con la violación a los derechos humanos: si pueden pasar desapercibidos, es más probable que se cometan. Si esto es cierto, piensen cuánto dolor podría ahorrarse el país si hubiera un mínimo de equilibrio informativo, si se tratara a todas las víctimas como ciudadanos de la república. Piensen cuánta responsabilidad tienen los medios. Piensen cuánto pagamos —todos— por las brutales prácticas de exclusión ahora vigentes.
Por: Francisco Gutiérrez Sanín
El Espectador/ Colombia Plural

martes, 15 de julio de 2008

POR CADA INGRID SECUESTRADA, HAY 43 PERSONAS DESAPARECIDAS POR LOS PARAS Y EL ESTADO

Usted debe estar muy al tanto de la situación de los secuestrados. Cuantos son, los nombres de algunos de ellos, que dicen sus familias… incluso habrá "marchado por su libertad", etc.

Ahora bien, ¿Sabe usted algo acerca de los desaparecidos?

Pues acá le informamos: en Colombia hay aproximadamente 30.000 desaparecidos (sí, leyó bien, son TREINTA MIL, es decir, 43 veces el numero de secuestrados). Los desaparecidos son gente común y corriente, no son ni guerrilleros ni terroristas: son estudiantes, campesinos, líderes comunales, sindicalistas, políticos, defensores de los derechos humanos, indígenas, padres, madres, hijos, hermanos…

¿Y quien los ha desaparecido?

!El ESTADO COLOMBIANO, LA POLICIA, LAS FUERZAS ARMADAS DE COLOMBIA Y LOS PARAMILITARES SON LOS RESPONSABLES!

Ahora que lo sabe, ¿no le parece raro que nadie hable de ellos? ¿Que el presidente no los mencione en sus alocuciones? ¿Que Caracol y RCN no convoquen a marchas masivas por su libertad? ¿Que no hayan constantes reportajes sobre sus historias de vida o las de sus familias? ¿Qué tiene Ingrid Betancourt, “Pinchao” o el canciller Araujo que no tenga cada uno de los 30.000 paisanos que han sido desaparecidos?

¡Que aparezcan todos l@s desaparecid@s por el estado colombiano y sus complices!
¡Alvaro Uribe es responsable directo por sus vidas!

EN COLOMBIA, ALGUNAS VIDAS VALEN MAS QUE OTRAS…
¡NO MARCHAMOS CON LA MOTOSIERRA DE LA IMPUNIDAD!
¡NO A LA MARCHA DEL 20 DE JULIO!

jueves, 3 de julio de 2008

Mentiras mediaticas: nos olvidamos de la ilegalidad del gobierno?

Un punto de vista distinto frente al "tema de moda" y el gigantesco "boom" mediático que camufla los graves problemas que azotan al país, la crisis económica e institucional.
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Las FARC ya habían expresado a delegados europeos con los que se habían reunido su disposición a liberar los rehenes
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A pesar de que el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, ha presentado como una brillante operación de inteligencia militar la liberación de Ingrid Betancourt y otros catorce secuestrados de las FARC, la realidad es que se ha producido justamente cuando dos delegados europeos, el francés Noel Sáez y el suizo Jean Pierre Gontard, habían entrado en contacto con la dirección de la guerrilla para plantear la liberación. Las FARC habían expresado ya su intención al respecto, y el gobierno había autorizado los contactos, a los cuales hacía estrecho seguimiento.
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El pasado 1 de julio un comunicado del Ejecutivo colombiano leído por el secretario de prensa del palacio presidencial, César Mauricio Velásquez, señalaba que dos delegados europeos ingresaron en los últimos días a Colombia y pidieron al Gobierno autorización para desplazarse a ese encuentro directo con el secretariado (cúpula) de las FARC, autorización que el Gobierno concedió.
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También el diario español El País recogía este asunto el mismo día 1:
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Bogotá ha autorizado la reunión de dos negociadores europeos para discutir las condiciones para futuros encuentros par discutir el futuro de los secuestrados por las FARC, según han informado los medios colombianos. El antiguo cónsul francés en Bogotá, Noël Sáenz y el diplomático suizo Jean-Pierre Gontard partieron a comienzos del pasado fin de semana hacia un punto de encuentro en las montañas que el gobierno no ha facilitado y podrían haberse reunido ya con miembros del secretariado de la guerrilla, el principal órgano directivo, e incluso con el nuevo líder de las FARC, Alonso Cano.
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Según este diario:
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Las FARC se han declarado dispuestas a canjear a 40 secuestrados, Betancourt entre ellos (también con nacionalidad francesa), tres estadounidenses, así como a otros políticos, policías y miembros del Ejército colombiano, por cerca de 500 guerrilleros presos. Entre los presos que las FARC aspiran a canjear, figuran tres extraditados a Estados Unidos. Uno de ellos, Ricardo Ovidio Palmera, Simón Trinidad.
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Según el diario francés Le Figaro, los emisarios francés, Noel Sáez, y el suizo, Jean-Pierre Gontard, se habían reunido el pasado domingo o lunes en la selva colombiana con una persona próxima al nuevo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Alfonso Cano. .
Ya dos semanas antes , fuentes próximas al Elíseo indicaron que Francia había logrado entablar contacto con el nuevo secretariado de las Farc, si bien el embajador francés en Colombia lo desmintió entonces.
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En Colombia, el diario El Tiempo, cercano al gobierno, reconocía que dos delegados internacionales se podrían haber reunido con Alfonso Cano:
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Los encargados de la gestión son el francés Noel Saez y el suizo Jean Pierre Gontard, autorizados por el Gobierno para las gestiones con el grupo subversivo en busca de liberar a los secuestrados.
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Una fuente de la Casa de Nariño confirmó que "desde hace tres días los dos europeos iniciaron el recorrido para concretar el encuentro" en una zona que no determinó. La misma fuente no descartó que la reunión haya sido con el jefe guerrillero que reemplazó a Manuel Marulanda Vélez 'Tirofijo', quien murió el pasado mes de marzo.
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Eso significaría que los canales de comunicación de las Farc, prácticamente cerrados tras la muerte de 'Raúl Reyes' el pasado primero de marzo, empezaron a abrirse nuevamente.
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Gobierno dio garantías
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"El Gobierno les está garantizando a los dos facilitadores el avance para esos contactos. Se les dieron las facilidades para que la reunión fuera exitosa", señaló el funcionario.
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Desde la Casa de Nariño también se informó que los dos diplomáticos les iban a pedir a las FARC que acepten la propuesta de una zona de encuentro para iniciar diálogos en torno a un eventual intercambio humanitario.

La versión del gobierno colombiano sobre la liberación es que militares infiltrados en la guerrilla habían embaucado al comandante César de las FARC para concentrar a los retenidos y subirlos a un helicóptero que resultó ser del ejército camuflado, haciendo creer al mando guerrillero que se dirigían hasta donde se encontraba Alfonso Cano, máximo jefe de las FARC. La duda que se cierne sobre esta versión es si los guerrilleros que custodiaban a los secuestrados ya tenían orientaciones destinadas a una inminente liberación, y de ahí su fácil e ingenua disposición a colaborar en tan sospechoso traslado. O hasta qué punto la liberación ya estaba acordada entre la dirección de las FARC y los mediadores enviados por Francia y, en el último momento, el ejército colombiano interceptó la liberación para presentarla como una operación militar exitosa.
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En realidad sería una operación similar a la sucedido cuando el bombardeo al campamento de Raúl Reyes en Ecuador. En aquella ocasión el gobierno colombiano supo que se estaba gestando la liberación y prefirió eliminar militarmente a los portavoces guerrilleros aunque se abortara esa liberación, mientras que en este caso la hubieran interceptado pilotando ellos la liberación para presentarla como un éxito exclusivamente militar y gubernamental.
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Por: Pascual Serrano, para Rebelion.org