jueves, 19 de marzo de 2009

AMOR A LOS QUE LUCHAN: La teología de la liberación

EN EL MARCO de la ya conocida iniciativa del Movimiento IRA que llama a la practica de la memoria histórica, y con verdaderos animos de debate y pensamiento, exponemos un articulo acerca de la teología de la liberación. Una ideologia rebelde que se gestó en las luchas de cristianos y marxistas que, de la mano con los pueblos de Suramérica, organizaron muchos levantamientos contra el imperio, las oligarquías y los tiranos criollos. En Colombia, este pensamiento humanista y revolucionario surgió con el ejemplo de Camilo Torres, y caminó por los montes y las selvas junto a los miles de combatientes guerrilleros del ELN, desde los años 60.
Hoy recordamos este pensamiento, y lo saludamos, desde nuestra perspectiva libertaria, como un ejemplo de la posible y necesaria unión de todos los rebeldes contra la injusticia y la miseria.

La teología de la liberación se propaga, pese al veto del Vaticano

Desde sus inicios a fines de los años 60, la Teología de la Liberación adoptó una perspectiva global, enfocada en la condición de los pobres y oprimidos en el mundo entero, víctimas de un sistema que vive de la explotación del trabajo y de la depredación de la naturaleza.
Este sistema explota a las clases trabajadoras y a las naciones más débiles. Y además reprime a los que oprimen y por lo tanto contrarían sus propios sentimientos humanitarios. En una palabra, todos deben ser liberados de un sistema que perdura desde al menos tres siglos y ha sido impuesto en todo el planeta.
La Teología de la Liberación es la primera teología moderna que ha asumido este objetivo global: pensar el destino de la humanidad desde la condición de las víctimas. En consecuencia, su primera opción es comprometerse con los pobres, la vida y la libertad para todos. Surgió en la periferia de las Iglesias centrales, no en los centros metropolitanos del pensamiento consagrado. Por ese origen ha sido siempre considerada con sospecha por los teólogos académicos y principalmente por las burocracias eclesiásticas y la de la Iglesia más importante, la romano-católica.
De su cuna en Latinoamérica la Teología de la Liberación pasó a África, se extendió a Asia y también a sectores del primer mundo identificados con los derechos humanos y la solidaridad hacia los desposeídos. La pobreza entendida como opresión revela muchos rostros: el de los indígenas que desde su sabiduría ancestral concibieron una fecunda teología de liberación indígena, la teología negra de la liberación que resiente las marcas dolorosas dejadas en las naciones que fueron esclavistas, el de las mujeres sometidas desde la era neolítica a la dominación patriarcal, la de los obreros utilizados como combustible de la maquinaria productiva. A cada opresión concreta corresponde una liberación concreta.
La cuestión teológica de base que hasta ahora no acabamos de responder es: ¿cómo anunciar creíblemente un Dios que es un Padre bondadoso en un mundo atestado de miserables? Sólo tiene sentido si implica la transformación de este mundo, de manera que los miserables dejen de gritar. Para que un cambio semejante tenga lugar ellos mismos tienen que tomar conciencia, organizarse y comenzar una práctica política de transformación y liberación social. Como en gran mayoría los pobres en nuestros países eran cristianos, se trataba de hacer de la fe un factor de liberación. Las Iglesias que se sienten herederas de Jesús, que fue un pobre y que no murió de viejo sino en la cruz como consecuencia de su compromiso con Dios y con su justicia, serían las aliadas naturales de este movimiento de cristianos pobres.
Este apoyo se ha verificado en muchas iglesias en las que ha habido obispos y cardenales proféticos como Helder Camara y Paulo Evaristo Arns en Brasil, Arnulfo Romero en El Salvador y muchos otros, así como numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos comprometidos políticamente.
En razón de su causa universal ya a inicios de los años 70 la Teología de la Liberación era un movimiento internacional y convocaba verdaderos foros teológicos mundiales. Se estableció un consejo editorial integrado por más de cien teólogos latinoamericanos para compilar una sistematización teológica desde la perspectiva de la liberación en 53 tomos. Ya se habían publicado 13 tomos cuando el Vaticano intervino para hacer abortar el proyecto. El entonces cardenal Joseph Ratzinger fue riguroso. Cortó de raíz un trabajo promisor y benéfico para todas las iglesias periféricas y especialmente para los pobres. Pasará a la historia como el cardenal -y después Papa- enemigo de la inteligencia de los pobres.
La Teología de la Liberación creó una cultura política. Ayudó a formar organizaciones sociales como el Movimiento de los Sin Tierra, la Pastoral Indígena, el Movimiento Negro y fue fundamental en la creación del Partido de los Trabajadores en Brasil cuyo líder, el Presidente Lula siempre se reconoció en la Teología de la Liberación.
Hoy en día esta teología ha trascendido los límites confesionales de las Iglesias y se ha convertido en una fuerza político-social. Además de Lula se identifican públicamente con la Teología de la Liberación el Presidente Rafael Correa del Ecuador, el Presidente de Paraguay y ex obispo Fernando Lugo, el Presidente Daniel Ortega de Nicaragua, el Presidente Hugo Chávez de Venezuela y el actual Presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, el sacerdote nicaraguense Miguel de Escoto. Su fuerza mayor no reside en las cátedras de los teólogos sino en las innumerables comunidades eclesiásticas de base (sólo en Brasil existen cerca de cien mil), en los millares y millares de círculos en los que se lee la Biblia en el contexto de la opresión social y en las llamadas pastorales sociales.
Roma incurre en la profunda ilusión de creer que con sus documentos doctrinarios emitidos por burocracias frías y distantes de la vida concreta de los fieles conseguirá frenar la Teología de la Liberación. Ella nació oyendo el grito de los pobres y hoy la conmueve el grito de la Tierra. Mientras los pobres continúen lamentándose y la Tierra gimiendo bajo la virulencia productivista y consumista, habrá mil razones para sentir el llamado de una interpretación libertaria y revolucionaria de los evangelios. La Teología de la Liberación es la respuesta a una realidad injusta y salva a la Iglesia central de su alienación y de un cierto cinismo.
IPS
Leonardo Boff, teólogo de la liberación brasileño y coautor de la Carta de la Tierra.

martes, 10 de marzo de 2009

Haydée Santamaría: la heroína del moncada


Continuando con nuestra saga de artículo de y sobre mujeres rebeldes, hoy recordamos a aquella heroína, que en medio de los personalismos revolucionarios logró establecerse y dejar huella en una historia sellada y escrita con claros visos machistas. A los 50 años de la revolución cubana recordamos a esta mujer, digno ejemplo de una vida consecuente, de una vida consagrada a la revolución.


MOVIMIENTO I.R.A.



Haydée Santamaría: hablar en presente
Por. Agustín Pérez
Guantánamo, 28 de julio.- 2008



Al hablar de Haydée Santamaría, Heroína del Moncada, hay que hacerlo en presente, a los 28 años de su desaparición su presencia es inmortal en el corazón del pueblo cubano, ese que al que tanto amó y dedicó su vida entera.

Entre los atacantes al cuartel Moncada había dos mujeres: Haydée Santamaría y Melba Hernández, cuya misión era tomar el hospital Saturnino Lora, como integrantes de un comando de 21 combatientes dirigido por Abel Santamaría, segundo jefe de aquel movimiento revolucionario, con el propósito de prestar asistencia médica a los heridos, para lo cual contaban con el doctor Mario Muñoz Monroy. Ambas servirían como enfermeras.

Al fracasar el ataque, Haydée y Melba son hechas prisioneras; los esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista dieron inicio a un verdadero baño de sangre y entre los asesinados figuran Abel, hermano de Haydée, Boris Luis Santa Coloma, su novio, y al doctor Muñoz Monroy, quien precisamente había intercedido ante el jefe de aquel movimiento revolucionario, Fidel Castro, para que autorizara la participación de Haydée en el asalto a la segunda fortaleza militar de Cuba.

Años después, al rememorar aquellos hechos, esta heroína expresó: “Allí tuvimos momentos en los que al no saber de Fidel queríamos en realidad desaparecer. Estábamos allí con tal seguridad de que si Fidel vivía, vivía el Moncada, que si Fidel vivía, habría muchos Moncada”.

Desde la cárcel de mujeres, Haydée escribía a sus padres: “Si no fuera por la preocupación de ustedes por mí, y por saber el dolor que tienen al pensar que no tendrán más a Abel con ustedes, pudiera decirles que soy casi feliz. Si ustedes pensaran como yo sobre Abel, pudieran también, si no ser felices, no ser tan desgraciados como sé que son.

“Sé bien que nada que les diga les quitará esta terrible pena, tal vez cuando pasen los años me entenderán, cuando tengan de verdad la seguridad de que ustedes son padres privilegiados, que siempre tendrán a ese hijo, y lo tendrán tal como era, bueno, joven, hermoso”

Al salir de prisión encaró la misión de sacar del Presidio Modelo y ordenar las páginas del alegato histórico de Fidel “La Historia me absolverá”, y tras un gigantesco esfuerzo obtuvieron 10 mil copias que fueron distribuidas de inmediato para que el pueblo tomara mayor conciencia del por qué el asalto al Moncada.

Después vendrían los días gloriosos de la Sierra Maestra y su invalorable participación junto a Celia Sánchez, Vilma Espín y otras heroínas. Luego del triunfo revolucionario el 1 de enero de 1959, Fidel le encarga fundar una institución como la Casa de las Américas y Haydée se descubre como una prominente promotora cultural de alcance universal.

Sobre su trayectoria en esta última etapa, declara Roberto Fernández Retamar, actual presidente de la Casa de las Américas: “Tuve el privilegio de trabajar 15 años con Haydée y cuando se quiere, admira y debe tanto a una persona, es difícil imaginarse su desaparición. Yo francamente daba por sentado que Haydée era inmortal, como pensábamos que el Che era inmortal”.

Hoy, a pesar de los 28 años transcurridos desde su desaparición física, al hablar de Haydée hay que hacerlo en presente, y es que aquella combatiente del Moncada, fundadora del Movimiento 26 de Julio, luchadora de la clandestinidad y del Ejército Rebelde, es inmortal en el corazón de su pueblo al que tanto amó y dedicó su vida entera.

lunes, 9 de marzo de 2009

Marzo: mes de la mujer combativa


Un fraternal saludo a los compañeros y compañeras. Esta semana, con motivo de conmemorar el día internacional de la mujer rebelde, queremos dedicar cada uno de estos días a varias mujeres luchadoras, ejemplo de las reivindicaciones y emancipaciones del género femenino. La dirigente sindical, barrial y comunal, la trabajadora, la indígena, la anarquista, la comunista, la socialista y todas aquellas mujeres libertarias constructoras de un futuro fértil están presentes formando ese, el otro mundo posible.


MOVIMIENTO I.R.A.

09 DE MARZO DE 2009.

La comandanta Ramona del EZLN

Pequeña de estatura, morena como el color de la tierra, ojos de obsidiana, el arma más importante de los zapatistas, el corazón del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)... La Comandanta Ramona, mujer tzotzil, tejedora de historias, soplido del caracol marino, viento que canta y va del centro del universo indígena a los costados del alma planetaria, de la resistencia a la organización, del silencio que habla a la palabra que calla.

La Comandanta Ramona falleció este 6 de enero y “el mundo perdió a una de esas mujeres que paren nuevos mundos” y México perdió a “una de esas luchadoras que le hace falta”, así lo dijo el subcomandante Marcos en la ciudad de Tonalá, en la zona de la costa chiapaneca cuando se realizaba un encuentro con los pobladores del lugar, pertenecientes al Frente Cívico con la Justicia en las Manos.

“Hay momentos muy duros como este que les voy a decir ahorita, me acaban de avisar, por eso interrumpimos esto, que la compañera comandanta Ramona murió hoy en la mañana, lo que sabemos es lo que todos saben, la Comandanta Ramona le arrancó diez años a la muerte gracias al apoyo de gente como ustedes.”

“En este caso es muy difícil hablar pero lo que puedo decir es que el mundo perdió a una de esas mujeres que paren nuevos mundos, México perdió una de esas luchadoras que le hace falta y a nosotros nos arrancaron un pedazo de corazón.”

El auditorio tonalteco quedó perplejo y la confusión sobre lo que pasaba campeaba. La ruta de la delegación Zero fue modificada y el camino se abrió de vuelta. Todos regresábamos hacia San Cristóbal de las Casas, Chiapas. La Otra Campaña quedó en pausa.

La muerte de Ramona nos arrancó de golpe un sentimiento de alegría que llevábamos por lo exitoso que está resultando la iniciativa zapatista, pero como lo que somos, soñadores de izquierda, no le tememos a la muerte porque somos viento y Ramona fue fiel a la lucha por la vida y eso es lo que vale, luchar por la vida aunque la muerte algún día nos abrace.

En la madrugada del primero de enero de 1994, Ramona dirigió las filas insurgentes que tomaron la ciudad de San Cristóbal, símbolo de la soberbia del poder. El fuego que alumbró esa noche no fue la de los fusiles, sino la de la luz que emanaba de los rostros cubiertos por el pasamontañas, el acto de fe, la creencia en cambiar todo, la vida al hilo, el ¡ya basta! que sacudió las conciencias de los pobladores de nuestro México. La insurrección.

La mujer pequeña de estatura, pero grande ya en la historia nacional, parió aquél día un hijo: Una generación de luchadores sociales que hoy se extiende por todo el territorio, una generación que recoge las enseñanzas del tiempo y modo indígena, un movimiento que a los ratos se ve a los ratos no, pero siempre está.

En Octubre de 1996, la Comandanta salió de la zona zapatista hacia la ciudad de México para participar en la construcción del Congreso Nacional Indígena (CNI). Ante 100 mil personas congregadas en el Zócalo de la ciudad de México, Ramona habló: “De por sí es muy pequeña nuestra palabra de los zapatistas, pero su paso es muy grande y camina muy lejos y se entra en muchos corazones.”

En su discurso selló la frase que hiciera grande a la dignidad indígena de nuestro tiempo: “Llegamos hasta aquí para gritar, junto con todos, los ya no, que nunca más un México sin nosotros”.

Hizo un llamado a caminar junto a la lucha indígena. “Hermanos y hermanas mexicanos: “Yo soy la comandante Ramona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al Distrito Federal y a todos los lugares de México. Esperamos que todos ustedes caminen junto a nosotros. Esta es nuestra palabra, hermanas y hermanos mexicanos.”
Durante doce años, luego del levantamiento, luchó contra la muerte, una muerte que no venía de combates armados, sino del combate a la pobreza, ya que aquí en Chiapas las enfermedades curables llevan el signo del deceso y la sentencia de los cementerios. Pero aún así resistió, anduvo al filo de la muerte, pero siempre con sus bromas como entre los luchadores sociales se habitúa a hacer.

Ramona impulsó los derechos de las mujeres y fue una de las arquitectas de la Ley Revolucionaria de las Mujeres que a la letra dice: “En su justa lucha por la liberación de nuestro pueblo, el EZLN incorpora a las mujeres en la lucha revolucionaria sin importar su raza, credo, color o filiación política, con el único requisito de hacer suyas las demandas del pueblo explotado y su compromiso a cumplir y hacer cumplir las leyes y reglamentos de la revolución...”

La dirigente indígena le apostó a la lucha política del zapatismo y la última vez que se le vio públicamente, el 16 de septiembre del año pasado, pronunció unas palabras ante los adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona: “Muy buenas noches compañeros, compañeras, es mi nombre la comandante Ramona, me da mucho gusto que vinieron aquí con mucha gente, mandamos por muchos saludos para que le echemos muchas ganas a trabajar y que trabajemos juntos, es toda mi palabra, gracias...”

En esa ocasión, cuenta el subcomandante Marcos, Ramona “ese día de la plenaria, nos dio un bordado que había hecho ella cuando estaba convaleciendo de la operación que le hicieron hace casi 10 años y me la entregó y me dijo que esperaba que la Otra Campaña fuera como ese bordado, eso es lo que tenemos que hacer.”


miércoles, 4 de marzo de 2009

Todos a marchar por nuestros compañeros que ya no están.



Este 6 de Marzo de nuevo celebramos un día en defensa de los derechos humanos, derechos que el Estado fascista nos está arrancando a empellones. Es por esto que llamamos a tod@s y cada un@ a que colmemos las plazas y las calles, para de esta manera demostrar que la lucha por una Colombia con paz y justicia social es posible. Que es posible soñar con hombres y mujeres libres, que una vez rotas cada una de sus cadenas empezarán a caminar por la larga trocha construida en comunidad.
MOVIMIENTO I.R.A.