martes, 10 de febrero de 2009

De nuevo: No bastan destituciones.



















"Ahí, en la estación, un señor que estaba los acusó a mi hijo y su amigo de quemarlo (...) de inmediato los policías les dijeron que si no eran cristianos y les quemaron el rostro"
Amanda, madre de uno de los agredidos.

A mediados del año pasado, la gran prensa vociferaba ofensas y se "rasgaba las vestiduras" cuando Abril cuatro policías fueron quemados en Neiva durante el transcurso de una protesta de los compañeros de la Universidad Surcolombiana y cuando en Mayo en la Universidad Pedagógica cuatro “agentes del orden” fueron atacados con ácido en el fragor del tropel. Hoy, un día después del acto de autoritarismo del que fueron objetivo dos jóvenes de 14 y 15 años en el barrio Rafael Uribe Uribe, en esa la OTRA Bogotá, Julito y su programa radial de la W, El Tiempo, El espectador, y demás medios de información (malversada) simplemente se limitan a mostrar esto como un hecho aislado; manzanas podridas de un eficiente sistema de seguridad ‘democrática’.

Es curioso ver el tipo de preguntas que se le hacían los entrevistados: ¿Usted que hacía mientras se estaba quemando?, ¿Sabían que estaban violando el toque de queda?, etc. Este tipo de indagaciones solo se quedan en retratar la versión del agredido, y de nuevo en mostrar los desmanes propios de un sistema represivo como simples desviaciones, errores, ¿falsos positivos? No creemos que estos hechos sean un caso aislado de los asesinatos en Soacha, las represiones estudiantiles y las persecuciones a periodistas. Ya no se trata de una manzana podrida en un canasto, ahora es todo su contenido y el mismo portador de este los que están putrefactos, carcomidos por un modelo de eliminación del otro, que se refugia tras una envestidura, ya sea esta la de un policía, la de un militar o hasta la de un presidente.

El movimiento Insumisos Rebeldes y Anticapitalistas, colectivo revolucionario de agitación hoy expresa, no solo su indignación (sentimiento propio de almas conformes) sino su repulsión, su rabia direccionada contra muestras de la verdadera barbarie que hoy sufre el grueso de la población colombiana. Asimismo llama a la combatividad y a la organización para el desmonte de una forma de gobierno que está entrenando personas para que explotados ataquen, agredan y hasta maten a otros explotados. El problema no es de un oficial, un auxiliar, un bachiller; es la lógica misma del sistema la que llamamos a subvertir.

NI UNA GUERRA QUE NOS MATE
NI UNA PAZ QUE NOS OPRIMA

Movimiento I.R.A.
Barrios de Bogota,
10 de Febrero de 2009, año 80 del natalicio de Camilo Torres.

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