Este es un corto mensaje de reflexión de parte de todos los jóvenes que pensamos un mundo mejor desde la obscuridad de las calles y las aulas rebeldes.
Por estos días se habla de política. En colegios, oficinas, universidades y cafeterías todo el mundo habla de política. ¿Va a votar por Mockus? Que oso. ¿Va a votar por Santos? Que paraco. Pues señores, nuestra invitación es a reflexionar y pensar si de verdad vale la pena tener una discusión superficial como esta. Desde nuestra perspectiva, la discusión debería ser la manera de construir una sociedad mejor al margen de propuestas engañosas e irrealizables como las que nos escupen cada 4 años.
Los invitamos a no votar por ninguno de los dos. Ya está demostrado que el cambio que un pueblo asoleado y explotado como el colombiano no cabe en una urna. Y que la clase mafiosa que se montó en el trono hace 8 años no está dispuesta a perder el poder (de robar) que hoy tienen bien amarradito.
Queremos aclarar cuentas. Uribe NO es el presidente de Todos los colombianos. El país tiene cerca de 45 millones de habitantes. Su censo electoral es de más o menos la mitad (unos 22), y los votos de Mister president fueron de casi un tercio de ese censo (8 millones). Es este el presidente de TODOS los colombianos? O de una elite corrupta que entendió hace años que las cuentas para poner un presidente no deben superar la inversión de Familias en Acción y unos millones en tejas de plástico, pavimento y tamales para compra de votos… No hay que convencer a nadie.
Hagamos que Santos (o Muckus) sea el presidente de aun menos colombianos. Que la podredumbre se caiga por su propio peso en medio de una democracia deslegitimada como la colombiana. La baja participación, la abstención –activa o no- dice mucho más que un voto. La democracia nunca debió haber sido “escoger el menos peor”.
“Si votar cambiara algo, ya estaría prohibido.”
¡Nos vemos en las calles!
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