Análisis de las Elecciones Europeas de un canario “raro”.
Rubens Ascanio Gómez * /Si, vale, lo reconozco soy raro, soy uno de esos bichos raros que el pasado 7 de junio se acercó a votar y encima no votó por ninguno de los tres partidos mayoritarios en Canarias. Si, soy raro, un trabajador canario raro que en vez de apoyar a alguno de los tres partidos responsables de este cataclismo económico y social que ahora vivimos me fui a un voto de izquierda soberanista. Soy tan raro que la verdad que no veo normal que en un País como el nuestro, donde el paro según la Cámara de Comerció tinerfeña se llegará al 30% en este año, donde tenemos unos de los sueldos medios más bajos del Estado, donde sufrimos las mayores tasas de precariedad laboral, las peores cifras de fracaso escolar o de pobreza, en esta tierra los pocos que votaron encima votaron mayoritariamente a la derecha más española y liberal.
La verdad que sólo ese dato refleja que una parte importante de la sociedad está demasiado informada por unos hábiles medios de desinformación y que la otra está bastante anestesiada frente a lo que sucede con su realidad y entorno. Incluso parece que en aquellos lugares con casos abiertos de corrupción los ciudadanos y ciudadanas se vuelcan a votar por esos partidos aún más, al estilo Berlusconi en el País de la mafia y una de las cunas de la civilización ¿tendrá que ver con la canción esa que decía “...de alta cuna de baja cama...”?.
Creo que a nadie debe de sorprender de todas formas las cifras de votos de los grandes partidos, al fin y al cabo plantearon una campaña basada en un bipartidismo que hasta CC ha criticado (que curioso que ahora se quejen) Estoy seguro que muchos de aquellos que se acercaron a escoger la papeleta en su colegio electoral se vieron sorprendidos por ver treinta y cinco distintas, tal vez hasta se pensarían que era una cámara oculta, porque en televisión, periódicos y radio a lo sumo verían dos o tres.
Como canario, raro y orgulloso que soy, me he dedicado a intentar observar algunos aspectos que por lo menos a mí me preocupan e interesan.
En el contexto del Estado Español me llama la atención y me parece extremadamente peligroso el importante avance de las fuerzas ultraderechistas. Frente a los aproximadamente 20.764 votos que estos grupos que van desde los falangistas a los ultra nacionalistas españoles pasando por los grupos católicos-franquistas obtuvieron en el 2004 en esta ocasión superaron los 74.000 votos. Eso significa que casi triplican el número de simpatizantes de estas ideologías. Aunque tal vez podría, no incluyo a este análisis a UPyD o Libertas que en su postura sobre los derechos nacionales de los pueblos que conforman el Estado se encuentra a la un poco a la derecha del PP y muy cercana al pensamiento de los grupos de ultraderecha.
En Canarias también existe un peligroso avance de ese voto ultra, en nuestro caso su apoyo se multiplica casi por cuatro. Pasan de los 563 del año 2004 a los cerca de 2314, algo que debería de hacernos reflexionar a tod@s sobre ese avance de los partidos de ideología ultra. Aunque son cifras muy minoritarias en relación con el total de electores debemos de estar atentos y evitar que estos grupos se alimenten de la xenofobia y el miedo que se está presente en parte de nuestra población.
Este avance de la ultra derecha no es algo exclusivo del Estado Español, al contrario muchos Estados europeos han permitido la llegada de grupos de carácter xenófobo e incluso violento al Parlamento caso del BNP inglés o de la Liga Norte italiana. Se cumple una vez más esa enseñanza histórica de los años treinta, en donde en las sociedades políticamente y económicamente más avanzadas surgieron con la gran crisis del 29 importantes partidos fascistas. Ahora, una clase trabajadora empobrecida y asustada por la posibilidad de perder su empleo a manos de trabajadores de otros países se acerca a fuerzas que le defienden de “invasores” o rememoran la idea que les enseñaron en la escuela de la “España Imperial” y el pánico ante la simple idea de “ruptura de España”.
A la izquierda del PSOE (cosa no demasiado difícil) se han producido movimientos interesantes, empezando por una mayor dispersión del voto, con la aparición de numerosos nuevos partidos de izquierda, una de las plagas más graves y destructivas que aquejan a la izquierda mundial.
En el Estado Español sumando todos los votos de fuerzas a la izquierda del PSOE tenemos que en el año 2004 se recogieron poco más de 1.230.000 votos, mientras que en estas elecciones los resultados están en 1.381.149 votos, unos ciento cincuenta mil nuevos votos de izquierda, muchos de ellos cosechados por la candidatura de Iniciativa Internacionalista.
En nuestra tierra el crecimiento del voto de izquierda es mucho más moderado ya que mientras que en el 2004 hubo 18.237 votos en este campo en estas elecciones se han sumado 24.022 votos, unos seis mil votos más. En este sentido, a pesar de la dispersión en forma de muchos pequeños partidos que suele desanimar al voto, se ha conseguido incrementar el número de votos disconformes y parte de los electores parecen haber entendido que deben apoyar candidaturas de izquierda.
En general me resultan destacables las entradas políticas realizadas por parte de I.I.-SP e Izquierda Anticapitalista, así como el crecimiento de votos del PCPE en el Estado y Canarias que casi triplican sus apoyos, tal vez a costa de parte del electorado de IU.
Debemos de constatar además el mantenimiento del voto verde en un contexto donde muchos piensa que lo único verde que quiere ver la gente son los famosos brotes.
Francamente me hubiera gustado ver a Alfonso Sastre en el Parlamento Europeo, creo que él o Doris Benegas hubieran sido unos magníficos parlamentarios, por desgracia la campaña de criminalización y de desmovilización entre la izquierda ha podido más.
No pierdo la esperanza, nunca lo hago (hasta el momento) a pesar de los resultados obtenidos por la izquierda en Canarias, por eso el domingo siete me acerqué a la urna y deposité mi voto, el más antisistema y “raro” que encontré, tal vez en gran parte porque aún sigo pensando que nuestros votos pueden cambiar las cosas, lo que además de raro posiblemente también me coloque también en el grupo de los “un poco ingenuos”. Me alegra que más de mil paisanos hayan pensado lo mismo que yo, aunque también estoy orgulloso de los otros veintitrés mil que eligieron otra opción del abanico de la izquierda más o menos real, más o menos honesta, pero izquierda al fin y al cabo.
* Rubens Ascanio Gómez
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